A primera vista, Lucas puede parecer un joven de 24 años más. Pero si lo miras más de cerca, te das cuenta de que es una auténtica fuerza de la naturaleza. Su pasión por el deporte es cautivadora. Ya sea esprintando por el bosque o escalando la roca más alta, es un espectáculo para la vista. Su cuerpo, esculpido por años de dedicación a la actividad física, se convierte en una forma de arte en sí mismo cuando está en movimiento.
Lejos de los focos, Lucas no es sólo un atleta; es un amante de la música clásica, al que se ve a menudo en la sala sinfónica de la ciudad, perdido en el abrazo de la música. Es un contraste fascinante: este atleta larguirucho, cubierto de sudor, y luego este sereno amante de Chopin y Beethoven.
Mientras que muchos modelos podrían sentirse cohibidos o rígidos, Lucas prospera cuando está activo. Estar quieto no es su punto fuerte. Esto es evidente cuando le pides que muestre su destreza deportiva. Cada salto, cada zancada es un baile. La forma en que la luz juega con su espalda musculosa, el brillo de sus ojos, la fluidez de sus movimientos… todo es increíblemente sensual.
Y eso es Lucas para ti: una mezcla de pasión, música, deporte y sexualidad en estado puro. Cada fotografía cuenta una historia, un susurro de sus múltiples facetas, esperando a ser reveladas.
Es una pena que no lo revele todo: o es tímido o es modesto