Adam, de 19 años, en su último año de secundaria, es un joven que podría describirse como «guapo». Alto, delgado y musculoso a más no poder, ¡juega al baloncesto y empuja unas cuantas pesas en el gimnasio!
Imagínate una tarde tranquila en la que Adam tiene un momento para sí mismo, sentado en el sofá, pensativo y un poco soñador. Sus piernas largas y velludas te llaman la atención, y su actitud despreocupada te hace pensar: «Hay algo realmente especial en ese tío». Así que tienes que preguntarte… ¿Qué trama Adam en sus pensamientos? Su lado deportivo se refleja en su cuerpo, pero su lado introvertido añade un toque irresistiblemente encantador.