Trabajar con un fotógrafo como Greg Lindeblom es una experiencia única, y a la modelo Tazz Carter le entusiasma. Durante su colaboración, Tazz descubrió el placer de revelarse, ponerse en escena y ver cómo sus poses cobraban vida a través del objetivo de Greg.
Cuando observas el trabajo de Greg Lindeblom, te impresiona inmediatamente su belleza atemporal. Sus fotografías recuerdan a las de los maestros de la fotografía de desnudo masculino. Sin distracciones innecesarias, sólo lo esencial: la forma, la luz y la armonía entre modelo y fotógrafo.
Esta atención a la pose llevó naturalmente a Greg a interesarse por Tazz Carter, que es una apasionada del yoga y del movimiento corporal. El yoga, que fomenta la armonía entre mente y cuerpo, confiere a Tazz una soltura y confianza naturales ante la cámara.
Greg conoció a Tazz en una noche de arte nudista, gracias a su amigo artista Greg Tsontakis-Mally. Los «Dos Gregs», como se apodan, disfrutan trabajando con los mismos modelos, ofreciendo dos perspectivas artísticas diferentes.
Para Tazz, posar desnudo no era nada nuevo, pero ser fotografiado de esta manera sí lo era. Sin embargo, según Greg, demostró ser natural ante el objetivo. Juntos, inmortalizaron no sólo poses clásicas, sino también posturas de yoga al desnudo.
Tazz resume perfectamente la experiencia: «Con un pintor, la postura se mantiene durante más tiempo. Con un fotógrafo, tienes que pensar en los ángulos y la luz. Ambas experiencias son enriquecedoras. Trabajar con Greg fue fantástico. Fue él quien quiso incluir mi pasión por el yoga. Me encantó el resultado y estoy deseando repetir la experiencia»
No me gusta mucho la piel oscura.