De las carismáticas calles de San Francisco surge un gigante, Garic Soldatov. Esta imponente figura, que encarna la masculinidad en su máxima expresión, se ha convertido en la comidilla de la ciudad. Pero no son sólo sus abultados bíceps y esculpidos abdominales los que atraen la atención.
Garic no sólo encanta a la cámara con su espléndida figura, también es un entusiasta excursionista por los senderos del norte de California. Cuando no está delante de la cámara, se le puede encontrar en una galería de arte, admirando obras contemporáneas. Ávido aficionado al jazz, suele pasar las noches en clubes de ambiente, arrullado por el ritmo de los saxofones.
Pero volvamos a su cuerpo irresistible. Cada curva y contorno de su musculatura cuenta una historia de dedicación, sudor e incontables horas pasadas en el gimnasio. La cruda atracción que desprende es innegable, y a cualquiera le resulta difícil apartar la mirada.
Quienes han tenido el privilegio de trabajar con él hablan de su profesionalidad, su chispeante sentido del humor y la asombrosa dulzura que posee en esos brazos gigantescos. Es esta mezcla de fuerza y dulzura lo que tiene a muchos, yo incluido, esperando ansiosamente la secuela.
¡Un culo del demonio!
Sí, bonito culo