Alek, de 19 años, se mostró un poco reacio a participar en la sesión fotográfica, alegando que había perdido mucha masa muscular y que su «cuerpo recibe una paliza» debido a los diversos confinamientos y al cierre de los gimnasios.
Nos encontramos por primera vez a la salida de un centro comercial. Llevaba una sudadera con capucha y un pantalón de chándal (su atuendo habitual y prácticamente único), y con sólo mirarle me di cuenta de que su cuerpo era cualquier cosa menos «asqueroso».
Durante la sesión, Alek se sintió un poco incongruente al principio, pero no tardó en superar la incompatibilidad y durante el resto de la sesión fue un placer trabajar con él.